Exfoliante facial casero: cómo hacer uno perfecto para tu piel

Si estás pensando en hacer tu propio exfoliante facial, es más que probable que sepas la importancia que tiene esta técnica para el cuidado de tu rostro. De esta manera, podrás realizar tu cosmética casera y sabrás en todo momento los ingredientes que tiene, una buena manera de personalizar el producto.

También queremos aconsejarte que el tamaño del producto que hagas debe ser pequeño para que no desperdicies sustancia. Normalmente puede dudar una semana. O dos si lo metes en la nevera.

Pero si durante este tiempo cambia la textura, densidad, olor o color del exfoliante facial casero, entonces será mejor que deseches ese producto y te centres en hacer otro.

Por esto, es buena idea que hagas poca cantidad, la justa para utilizarlo una o dos veces en una semana, y volver a realizar el producto para la semana siguiente.

Te daremos una receta sencilla para que te sea fácil hacerlo y que no te suponga ningún problema.

Un cutis bonito

La exfoliación es muy importante para mantener un cutis bien cuidado pero es necesario que sepas que no debes hacerlo todos los días. De hecho, es fundamental que seas consciente que solo tendrás que exfoliar tu rostro una o dos veces por semana.

¿Por qué no puedes hacerlo todos los días? La respuesta es sencilla, y es que si lo hicieses todos los días, estarías destruyendo la capa protectora natural de tu dermis. Si esto ocurriese podrías tener problemas dérmicos faciales bastante serios.

Por ejemplo, podrías tener una dermis enrojecida, inflamada, con granos, impurezas… e incluso con infecciones que deberían ser tratadas. En cualquier caso, seguir una rutina de cuidado facial es fundamental, pero saber también cuándo toca cada producto, también es importante.

Por ello, para tener un cutis bonito, es importante que tengas en cuenta estos puntos clave a la hora de cuidar el rostro:

  • Limpieza facial (todos los días, mañana y noche)
  • Exfoliación facial (una o dos veces por semana)
  • Mascarilla facial (una o dos veces por semana)
  • Contorno de ojos (todos los días, mañana y noche)
  • Sérum (todos los días, mañana y noche)
  • Crema hidratante (todos los días, mañana y noche)
  • Protector solar (durante el día)

En la lista anterior te acabamos de mostrar los pasos a seguir para tener un cuidado facial diario adecuado, siempre con los productos correctos y siguiendo ese orden. Es fundamental la constancia, porque si empiezas unas semanas y luego paras, no servirá de nada.

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La función de la exfoliación

La función de la exfoliación es simple: limpiar en profundidad la piel. Puedes hacerlo de manera más agresiva con partículas que puedan hacerte daño o usar enzimas en el exfoliante (químico) para que el resultado sea el mismo pero sin tener que acudir a la agresión de las partículas más agresivas.

Estarás eliminando la piel muerta para que se puedan regenerar de nuevo células dérmicas y que de este modo, tengas un aspecto mucho más rejuvenecido y saludable. Aunque es fácil ir a comprar un exfoliante a la tienda, quizá prefieras hacerlo tú mismo.

Porque hacerlo uno mismo tiene grandes ventajas, como escoger los ingredientes a nuestro gusto, saber que lo que estamos aplicando es totalmente natural sin químicos y sin ningún agente que pueda causarnos algún tipo de daño.

Cuando compras un exfoliante facial en la tienda, si no te fijas bien en los ingredientes, es probable que te estés llevando un producto que contenga demasiados químicos. Cuando esto ocurre te estarás perjudicando tanto a corto como a largo plazo.

En cambio, si eres tú quien escoge los ingredientes, sin ningún tipo de químicos… puedes hacer un producto que no sea agresivo y que se convierta en tu mejor opción. Te saldrá más barato, te robará un poco de tiempo, pero merecerá la pena.

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La receta de las abuelas

Las recetas que vamos a comentarte son fáciles de hacer, con ingredientes que seguramente tienes en tu despensa y que vienen de generación en generación. Porque nuestras abuelas y bisabuelas eran sabias y sabían cómo hacer las cosas bien.

En aquella época no habían tiendas de cosméticos que les ayudasen a cuidar su rostro por lo que tenían que ingeniárselas con los conocimientos que se iban pasando de generación en generación sobre las bondades de las plantas y los alimentos.

Solo de esta manera, se consiguieron auténticos ungüentos que son joyas hoy en día y no es para menos. De hecho, muchas de las fórmulas de productos cosméticos se basan en estas recetas antiguas pero bien efectivas.

En ocasiones solo se necesita aceite, azúcar, miel, limón, coco o avena para conseguir buenos resultados. Como ves, son ingredientes fáciles de encontrar y que puedes tener ahora mismo en tu despensa, ¿verdad?

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Exfoliante facial casero paso a paso

A continuación te pierdas ni un detalle para conseguir ese exfoliante que quieres, y que se adapte a tu dermis. Porque aunque los ingredientes sean los mismos, puede que tengas que hacer pequeñas modificaciones en caso de que tengas la piel sensible o normal, por ejemplo.

Azúcar y aceite de coco

  • Ingredientes: azúcar blanco o moreno, aceite de coco o aceite de oliva virgen extra

Cómo hacerlo

El azúcar es un componente que gracias a sus partículas puedes conseguir que limpie adecuadamente y exfolie tu rostro. Tiene un problema y es que las partículas pueden ser demasiado gruesas y para aquellas dermis más delicadas puede causar irritación.

Para evitar estas molestias pero que el azúcar pueda seguir haciendo una buena limpieza en tu cutis, lo ideal es que tritures el azúcar hasta que se convierta en un polvo fino (solo si tienes la piel delicada).

Una vez llegados a este punto, coge un frasco pequeño y vierte aceite de coco hasta llegar a la mitad más o menos del frasco. A continuación mete la mitad de la cantidad de aceite de coco con el azúcar y agüita muy bien.

Ya tendrás el producto para ti. En esta misma receta puedes hacer variaciones para adaptar los ingredientes a lo que tienes en casa:

  • Azúcar blanca o azúcar moreno
  • Aceite de coco o aceite de oliva virgen extra

Cómo aplicarlo

Cuando ya lo tengas preparado, deja que repose en la nevera una media hora. Después vuelve a agitar el frasco y a continuación extiende la sustancia por tu rostro.

Realiza pequeños masajes por todas las zonas pero evita el contorno de ojos y la zona de los labios, como te explico aquí.

Después tendrás que retirarlo con agua tibia hasta que se eliminen todas las impurezas.

Otras variaciones

Existen otras variaciones que puedes tener en cuenta con los ingredientes principales que te hemos comentado más arriba.

Por ejemplo si tienes avena y miel en casa, solo tienes que mezclar ambos ingredientes (4 cucharadas de avena en copos y 2 cucharadas colmadas de miel) y verter todo en un bol.

Bate todo hasta que tenga la consistencia de una crema y después permite que se enfríe en la nevera media hora. A continuación solo tendrás que aplicar la sustancia en el rostro, evitando el contorno de ojos. Dejar actuar 10 minutos y enjuagar con agua tibia.

Nota: si quieres conseguir más efectividad puedes añadir azúcar moreno bien molido.

Con el azúcar también puedes conseguir buenos resultados si añades aceite de coco (o aceite de  oliva virgen extra) y limón. El azúcar en este caso tiene que ser moreno y si tienes la dermis sensible, deberás triturarlo hasta que quede un polvo fino.

Para ello solo necesitas 3 cucharadas de azúcar moreno, un limón y la ralladura de la piel así como aceite de coco.

Prepararlo es bastante sencillo ya que solo tienes que rayar la cáscara de limón y exprimir el limón en un bol. Después añade los demás ingredientes y remueve bien hasta que te quede una pasta homogénea.

Mételo en un frasco, ciérralo, agita bien y guárdalo en la nevera. Deja que repose una media hora. Después aplica el producto en tu rostro con suaves masajes circulares y deja que actúe unos 10 minutos. Retira con abundante agua tibia hasta eliminar toda la sustancia.

Ahora que ya sabes algunas recetas de exfoliante facial casero ¡solo tienes que ponerte manos a la obra y disfrutar de los resultados!

Estaremos encantados de escuchar lo que piensas

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